martes, 1 de febrero de 2011

La Plaza de Andrés

Bogotá, Colombia

El ingenio de Andrés llegó al mundo de las plazas de comida, no como un local, sino como la plaza entera. Usted desea comer platos típicos, carne asada, hamburguesas, sandwiches, comida de mar, sopas, postres, panes, frutas, etc... ?

Todo esto lo puede conseguir en el tercer piso del centro comercial El Retiro. La Plaza de Andrés siguiendo el esquema de una plaza de comidas, pero sin abandonar el estilo al que nos ha acostumbrado en sus restaurantes de Chía y DC (en este mismo centro comercial). En mi opinión, un hit total.

El lugar trata de reflejar con su decoración, lo mejor de nuestras plazas de mercados y tiendas de abarrotes de pueblo... SI... lo que usted ve en las repisas y en las columnas si son el arroz, aceite, sal, y en general, los insumos con los cuales preparan su comida... SI... las frutas en la entrada las puede comprar... SI... la peculiar vendedora de aguacates, es una vendedora de verdad, quien le puede proporcionar un rico aguacate para acompañar su plato. En la Plaza de Andrés, la realidad juega con la decoración y los personajes del lugar.

Ya he tenido la oportunidad de ir tres veces a la plaza. Canasta de carne, pollo asado, calentados de la plaza y paisa, bandeja paisa y un inmejorable merengón de guanábana, hacen parte del menú que he podido probar en este lugar. Me falta pedir lechona tolimense, pero para hacerlo debo enfrentarme a la congestión de parqueadero, filas en caja y mesas de los días domingo en el cual la venden.

La canasta de carne, es una versión pequeña, picada y a mitad del precio, de las deliciosas carnes que se pueden comer en los restaurantes de Andrés. El pollo asado, realmente mi única decepción... tiene toda la pinta que uno espera de este típico plato, pero mucho color se traduce en muy poco sabor. Cosa curiosa, en la pollería se puede comprar lechona los días domingo y festivos... cuando la pruebe prometo actualizar esta nota.

Vamos a los buenos... inicialmente los calentaos paisa y de la plaza (en la primera foto). El primero cargado de fríjoles antioqueños, plátano maduro, carne y hogao. El segundo con lentejas, papa y pollo. Los dos, coronados con el infaltable huevo frito. Recomiendo cualquiera de los dos... si quiere sabores fuertes, pida el paisa. Si quiere un sabor más suave, pero más fiel al calentao de casa, pida el de la plaza.

Sigue la bandeja paisa, por partes. Los fríjoles, servidos en una cazuela aparte. Muy rico sabor, aguados como me gustan. El único defecto, ponerlos fuera del plato dificulta la mezcla con los otros ingredientes. Los chicharrones son los mismos pequeños y perfectamente tostados que acompañan las entradas en los restaurantes. Me pareció un hit haber elegido la opción ya ganadora, en lugar de experimentar con el tracidional "doce patas". La carne, en polvo. La Arepita en su versión redonda y tostada (solo le falta un toquecito de hogao, aunque se puede pedir extra). El chorizo típico antioqueño con el plus de tener un sabor ligeramente más suave al original, me gustó. Para mejorar (y es cuestión de gustos...), el plátano parecía pasmado (verde con pinta de maduro)... me hizo falta el dulce de un buen plátano maduro. El aguacate, personalmente prefiero una media luna de aguacate con un toque de sal. La versión de este plato era picado con una vinagreta que en mi concepto le hizo bajar puntos. El comentario general, no es la del envigadeño, pero si quieren evitar la ida al centro, es una de las mejores en el norte de Bogotá, superior incluso a la de tantas fondas que se ven en nuestras calles.

Finalmente, no podía despedirme sin darle un merecido espacio a la estrella de mis idas a este lugar: El Merengón de Guanábana y Durazno. Preparado en el momento que usted lo ordena. Es un merengue de unos 8-10 centímetros de diámetro, partido por la mitad (lo hacen frente a sus ojos). La mitad inferior del merengue, va en el fondo. La cubren con una capa de crema chantillí, una generosa capa de gajos de guanábana (fresca, comparada con la procesada de Alpina y abundante, comparada con la escasa en los baules de Renault 4 en la autopista norte), durazno rebanado (un extra que aporta más color que sabor, pero para nada molesta), la capa superior del merengue, más chantillí y un adorno final de durazno rebanado. Muy buen tamaño (perfecto para compartir), fresca y abundante fruta, crema en una cantidad suficiente, un merengue fresco y crujiente.... definitivamente vale la pena solo ir para probarlo.

El balance final, un lugar que nos acompañará por muchos años, precios cómodos comparado no solo con sus hermanos mayores, sino con la oferta actual en las plazoletas de comidas habituales en otros centros comerciales. Para mejorar... la selección del plátano maduro. El atollao debe ser asopado y necesita un arroz diferente al castellano para que quede un poco más pegotudo. Si hay fila, estas son demoradas, y si la paciencia no es su virtud, elija una gaseosa en su lugar de compra y no pase por los jugos. Estos son eternos en tomar la orden y después en entregarlos. Siendo de la misma casa, yo sugeriría implementar un sistema de tarjeta o bonos que le permita a las familias efectuar un solo pago, en lugar de tres y hasta cuatro, cuando las opciones elegidas corresponden a diferentes puntos de la plazoleta

Calificación (0 a 5):
Comida: 4
Servicio: 3.5 (castigado por el local de jugos)
Decoración: 5
Precios: Entre $20.000 y $50.000 (Us$10 y Us$27) por persona